domingo, diciembre 17, 2006

Tres

Tengo la fantasía de que un hombre se enamore por cómo escribo.

Como si me lamiera por dentro hasta los huesos.

Ya sé que eso es imposible. Ya sé que no funciona así.

Es más fácil que una mujer se enamore de un hombre por cómo escribe, a que suceda lo opuesto.

Las palabras se ponen un vestido de imagen, pero sólo es el vestido que yo elegiría. No es el vestido de moda.

Es difícil ser amada cuando no se escribe con palabras bonitas. Las palabras bonitas me apretan como zapatos nuevos.

No ha sido siempre así. Yo antes nadaba embobada en la belleza de las cosas.

Yo no sé escribir historias. Lo que yo escribo es el strip tease de una cebolla, contado de distintas maneras. Voy rescribiendo la historia y parece que son muchas, pero es una sola. Es un viejo truco.

Del otro lado me gustaría que los ojos del que me mira fueran horizontales y claros, con olor de libro nuevo.

No se puede escribir cuando se es feliz, porque sale todo demasiado sonrosado. Los artistas lloran y hacen mares de lágrimas y sopa de letras. Comen eso todos los días, por eso la mayoría están flacos y tienen mal aspecto. Un artista rozagante y bien nutrido siempre es algo sospechoso.

Es raro dónde puede terminar uno en la web. Del blog de un intelectual se aterriza en el de una ex prostituta. El intelectual y la ex prostituta se encuentran a tomar café y sacan el album de fotos de sus encuentros sexuales como otros sacarían el de sus hijos.

Se sufre cuando no se entienden los códigos del sexo y el dinero.

La vida se reduce a esto: tener el máximo placer el mayor tiempo posible.

Después viene la muerte.

Entremedio hay gente que prefiere pensar más y tener menos placer. Es una elección penosa, pero por suerte ellos no saben que están eligiendo.

Yo, por ejemplo, no sé elegir. Me gusta estar suspendida en las largas zonas grises, de una ciudad a otra, de un cuerpo a otro, sin ser nunca yo del todo.

A veces mi cabeza es golpeada como una piñata, y saltan miles de papelitos de colores con todas las ideas y cosas valiosas que me enseñaron.

Lo mejor que le puede pasar a una persona es que sus padres no se ocupen de su educación. La educación de los padres está pensada para que la vida de sus hijos sea como la de ellos, pero mejor. No prevee que se injerten pedazos de otras vidas que nunca conocieron.

Yo quisiera hacerme a mí misma con pedazos de las vidas de otros.

Quisiera tener un pedazo de la vida de Tina Marie, la ex puta. Ella lo dice con la boca muy roja y el pelo muy largo.

Las mujeres piensan que la vida de las prostitutas es desgraciada.

Piensan eso para no tener lástima de su propia vida.

Las abuelas susurraban una tristeza de mentira que tenían las pobres chicas que taconeaban en los arrabales.

La tristeza no tiene que ver con el sexo, sino con el dinero. Se es triste cuando se es pobre, eso es claro.

Las mujeres se enojan cuando no pueden tener todo el sexo que quisieran. Entonces dicen que no son amadas y que los hombres son una basura.

Las mujeres desean poder procurarse placer como los hombres y los envidian secretamente por esto. Han inventado la idea de que no son buenos porque no desean estar con una sola mujer.

Las mujeres desean sentirse especiales para olvidarse de lo poco que se ocupan de su placer.

Cenicienta barre migajas de la fiesta y espera un vestido de hilos de plata. Ella espera un príncipe, sus hermanas sólo quieren desnudarse sobre una cama caliente regada de guisantes.

Con la piel aleteando de cisnes negros y salvajes.

De niña tenía un libro de cuentos donde había una niña con un pelo muy negro y muy largo. Era tan largo que cuando viajaba en barco, el pelo colgaba y caía sobre el mar como una larga cola. En el pelo se enredaban estrellas de mar y pececitos de colores. El cuento se llamaba: una trenza tan larga...

Cuando las cosas andan mal, es mejor acostarse desnuda sobre una sábana recién lavada. La vida se vuelve entonces increíblemente diáfana.

Tina Marie explica su trabajo con lujo de detalles. Recuerda con cariño a todos sus clientes. Todos le enseñaron algo sobre el placer. Las mujeres, al oírla, se resquebrajan como jarrones viejos, de dolor y de impotencia. Pero no es el dolor del goce, sino el dolor mohoso de la piel arrugada antes de tiempo, que siempre tiene algo de vela, de iglesia.

También es bueno sumergirse.

Con el agua tan caliente como se pueda.

El baño es una ceremonia.

Las mujeres piensan que el sexo debería ser una ceremonia.

Cuando las mujeres no disfrutan del sexo se quejan del clima, de la comida, de su familia, de los programas de televisión. Pero especialmente se quejan de los hombres.

Los hombres son los gigantes que están en el bosque, donde las cosas son salvajes, y no pueden saltar del otro lado del muro sin morir.

Los hombres se entristecen cuando las mujeres destilan agua y se quedan chapoteando ahí. Generalmente esto sucede al atardecer. Las mujeres chapotean como sapos porque creen que no pueden nadar si no es subidas a un hombre como a un delfín. El cielo de la tarde se pone violeta y no hay agua, sólo charcos y tallos de hierba que crece muy alta. El día se va con los sapos croando y las chicharras, en la casa de madera donde no hay luz. Allá afuera está la llanura. Los bichos vuelan alrededor del único farol, se quedan pegados a la luz. Las cosas deben nacer así sin nada. Sin saber qué se come mañana o adónde se vuelve. La vida que muerden los que aún tienen dientes.

La gente sólo puede tolerar la felicidad ajena en pequeñas dosis, y siempre y cuando sea parecida a lo que ellos entienden por felicidad. Se discute la posibilidad de borrar la palabra éxtasis de los diccionarios.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

estas llena de ideas. y que puedas articular las palabras y transmitir estas ideas es muy bueno. muy bueno para mí que te estoy leyendo. muy peligroso será para otros y otras.
tenés una forma de ver el mundo muy personal. no necesitas ser otra persona. las cosas que vos soñas suceden. algunas por lo menos.
julian martí

Eliana dijo...

Es peligroso para mí también...escribir así, más con el estómago o la piel que con la cabeza, es asomarse a muchos abismos...y exponerse bastante.

Qué bueno que eso puede llegarle a alguien más. Porque, como esto de ahora es un modo de escribir muy subjetivo y medio errático, a veces pienso que tal vez no se comprenda mucho.

Me gustaría leer algo tuyo.

Anónimo dijo...

No sólamente escribís maravillosamente (¿porque piensas que un hombre nose podría enamorar de la escritura de una mujer, de la mujer dueña de esas palabras?) sino que lo que decís es de una fina y ajustada sensibilidad e inteligencia.

Eliana dijo...

Bueno...no soy exactamente yo cuando escribo. O para explicarlo de otro modo, hay varios yoes en mi interior, y a veces piensan cosas contradictorias entre sí. Adentro de Disneyword hay algunas de esas contradicciones.

Gracias por los elogios. Hacen bien. Acepto críticas también, eh :)

 
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