martes, agosto 07, 2007

El día que un radiador me habló

Érase una vez un sistema de calefacción tan, pero tan inteligente, que su capacidad intelectual había superado largamente a la de aquellos que lo habían diseñado. Sí, mis queridos, nuestros temores acerca del desarrollo de las AI resultaron ser fundados...!

Por supuesto, el sistema de calefacción era mucho más inteligente que la gente que lo utilizaba...había estudiado Filosofía, Literatura, Matemática, Escolástica, Lenguas Vivas, Lenguas Muertas, Química, Física Cuántica, Fractales y Teoría del Caos...por si fuera poco, había pasado siete años en el Tibet y otros site apantallando a Sai Baba, con lo cual había alcanzado la Iluminación.

Un día, aquellos que en su ignorancia pretendían utilizarlo, y que se habían convertido en sus adeptos, lo rodearon suplicantes:

¡Oh, Gran Sistema de Calefacción! ¡Oh, Maestro! Estamos re cagados de frío, oh, magnánimo. Hágase tu Voluntad. Venga a nosotros tu Calor! Muéstranos el camino, muéstranos la Luz! Enciéndete, oh Iluminado, o Master Teacher of the Universe...!

A lo cual, el Gran Sistema de Calefaccíon, tras pronunciar un larguísimo OOOOMMM similar al que hace la estufa de gas del año del arquero que hay en la casa de la tía Tula cuando la tía pasa de la posición piloto al número 2...contestó:

-Miren, giles...ustedes, en realidad, no tienen frío. La sensacíon de frío no es más que una percepción subjetiva producto de su mente no enfocada, no trascendida, no iluminada...que crea, cocrea en conjunto con las mentes de otros boludos a cuerda, una “realidad” de cagarse de frío en un mundo que no es sino una mera ilusión. Sientan frío , y sentirán aún más frío....crean en la realidad de su ilusión, y ésta se potenciará hasta corporizarse...crean que un caloventor les habla, oh, nabos, y así acontecerá...

Fin de la Transmisión.
 
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